La vivienda unifamiliar es un cuerpo único de tres niveles emplazada en una cota media-alta de terreno, buscando una posición elevada y con vistas. La volumetría compacta integra la casa en el sitio haciéndola emerger por encima de las encinas como un mirador situado en la pendiente del terreno hacia el paisaje.

Los espacios de día se sitúan al nivel del terreno natural, extendiendo el interior a un jardín horizontal abierto a la línea del horizonte y a la Sierra de Madrid, donde se encuentran la pérgola de verano y la piscina. La casa en el terreno se entiende con una casa “cerrada” o de invierno y otra “abierta” o de verano que se extienden y complementan en un frente abierto al paisaje.

El patio central introduce el sol en la casa orientada hacia el norte, siendo un espacio de silencio y un ámbito a la vez interior-exterior que amplía el interior consiguiendo una comunicación visual con el resto de los espacios y el jardín.

El acceso se proyecta como una aproximación tranquila hacia la casa y el jardín de verano entre la sombra de las encinas y de la nueva vegetación, incorporando en este recorrido ascendente y escalonado las vistas sobre el paisaje próximo del campo de golf y lejano del Parque Natural.